RAUL RIVERO
Raúl Rivero Castañeda es un poeta, periodista y disidente cubano. Nació en 1945 en la localidad de Morón, en la provincia de Camagüey, en el centro de Cuba. Ha publicado varios libros de poesía y ha trabajado en medios de comunicación cubanos.
Raúl Rivero perteneció a las primeras generaciones de periodistas que se graduaron en la Facultad de Periodismo de la Universidad de La Habana tras el triunfo de la Revolución Cubana. En 1966, fue uno de los fundadores de la revista satírica El Caimán Barbudo. Posteriormente, fue corresponsal de la agencia Prensa Latina en Moscú entre 1973 y 1976, volviendo después a Cuba, donde se encargó de la dirección del servicio de ciencia y cultura de la agencia.
En 1989 abandonó el organismo oficial Unión Nacional de Escritores y Artistas de Cuba, que encuadra a todos los escritores y artistas de la isla. Dos años después, el 2 de junio de 1991, fue uno de los firmantes de la Carta de los Intelectuales, en la que se solicitaba al presidente Fidel Castro, la liberación de los presos de conciencia. Ese año, abandonó el periodismo oficial denunciándolo como una "ficción sobre un país que no existe". En 1995 fundó una agencia de noticias independiente del gobierno cubano, denominada Cuba Press. En 2001 fue uno de los fundadores de la primera asociación de periodistas de Cuba independiente del gobierno.
En abril de 2003, Rivero fue condenado a 20 años de prisión, acusado de "realizar actividades subversivas encaminadas a afectar la independencia e integridad territorial de Cuba", escribir "contra el gobierno", haberse entrevistado con James Cason, un diplomático estadounidense, y haber organizado "reuniones subversivas" en su domicilio. Rivero pasó en la cárcel año y medio, con grave quebranto de su salud. En noviembre de 2004, debido a las presiones internacionales, fundamentalmente españolas, Rivero fue excarcelado, oficialmente tras serle aplicada la llamada "licencia extrapenal" por motivos de salud. Poco después, Rivero se trasladó a España con toda su familia.
En 2004, Rivero recibió el Premio Mundial de la Libertad de Prensa UNESCO/Guillermo Cano. La Federación Latinoamericana de Periodistas, que incluye entre sus miembros al organismo estatal que agrupa a los peridistas cubanos, Unión de Periodistas de Cuba, rechazó la concesión del premio a Raúl Rivero.


LA HABANA, TESTIMONIO 69
Los barcos entran al puerto de La Habana
como gigantes ciegos
tanteándole el alma a la bahía.
A bordo traen tractorescarros, maquinarias agrícolas
que horas después opera una muchacha en Camagüey
o un adolescente que abandonó su casa
que dejó la ciudad y se rompe las manos contra la tierra
porque el futuroel pueblola esperanza.
A bordo vienen los marinos
poseídos por sus antepasados
nuevos conquistadores
llenos de baratijas
radios portátiles, grabadoras sanyo, camisas y perfumes
a perderse en las calles del Vedado
a cambiarlas por la piel
por la noche
por la labor de Celestina que ejerce sin prejuicio
el maricón moderno.
Los grandes barcos entran al puerto de La Habana
con sus marinos y sus máquinas
como gigantes ciegos
tanteándole el alma a la bahía.

ODA A LA INTRIGA
Tengo para mis detractores y enemigos
estos versos que lleno de ternura.
Que lleno de ternura escribo para ellos
porque les agradezco
que en sus conciencias
hayan alojado un día mi sombra
hayan intrigado contra mí
y contra mis versos, mi vida y mis amores.
Reconozco la utilidad de esas anónimas
llamadas telefónicas
con las que arruinaron
mis matrimonios arruinados
porque así volví de pronto a la vida
a luchar por el amor auténtico
así lloré sobre mis cuartillas
y escribí versos que después fueron libros.
Así sufrí, sentí dolor y soledad
aprendí la lección del ser humano
y fue más intensa mi mirada al mundo.
Yo pagué mis intrigas
yo pagué nuestras amarguras
con la enorme felicidad de vivir
vivir, vivir.
Agradezco también a ustedes
que saquearon mis versos
y luego me detractaron en tontas reuniones literarias
trataron de borrar mi nombre o de olvidarlo
pero, gracias
porque de la esencia del odio del poeta mediocre
los verdaderos poetas escriben la alegría
del acto amoroso que es siempre un buen poema.
Para mis íntimos enemigos
que me abrazan en lugares públicos
en bares, fiestas, restaurantes
las alternativas de mi destino
gracias porque por ustedes he conocido
la mentira en persona
y eso es un privilegio.
También, amigas mías
os agradezco la promesa de amor eterno
porque duraron la eternidad que merecían.
En fin, convoco a todos
a que sigan así
que esa es la vida que ustedes se trazaron
y por vuestra amargura desolada
esa región desértica
está pasando siempre mi felicidad.
¡Adelante y gracias!
muchas gracias por estos otros versos
que mañana pagarán mis editores.

LIGERA LA CENIZA. CLARA LA ETERNIDAD
Paisaje que despierta
Las muchachas se irán
si por fin atardece.
El hombre del litro
y el sombrero
se va a quedar dormido
sobre el césped
soñando que se casa
con velo, de blanco
por la iglesiacon un joven
boxeador africano.
La dama sacará del cuadro
los seis perros
por la esquina derecha
superior donde aparece
la boca de una gruta.
Si ya el marido duerme
se callaron los perros
y las niñas se fueron
huyéndole a la noche
es fácil desnudarse
y esperar en el bosque
que descienda el pintor.
ALTA FIDELIDAD
Se librarán del dolor del gramófono
torturado por la fricción y las agujas.
Vivirán castos, ajenos al pecado
de cantar a capella y con hambre
en simulacros y bataclanes.
Los hombres que se quedan en casa
tarareando boleros
llegarán a la sabiduría.
Venturosa y serena
será para ellos y sus hijos esta vida.
Ligera la ceniza. Clara la eternidad.
CAMPOBLANCO
Habrá guerra
dijo la mujer
que decía la borra
de café turco.
Habrá oscuridad
encierro, cárcel
decía además
el mensaje disperso.
Váyase de Montenegro
urgente y vestido
con la ropa de gala
del bufón.
Esa noche en tren
y después en avión
de completo uniforme
viajé despavorido
a las fronteras del país
que dibujó la mancha
de café turco
al borde de la mesa.
LA CANCIÓN DEL PAVOR
Lo que he venido a buscar
Poesía a tu floresta
es un poco más de miedo.
¡Que iba yo a querer valor
o juventud para recuperar
lo que se fue
si después que se ha ido
es cuando es mío!
Necesito temor para mecerme.
Sustos para que me sean fieles
los andamios inquietud
para andar pávido y aprensivo
mis zonas de desastre.
Sé que en la extensión de tu palabra
puedo encontrar la cobardía
y usarla como un reloj de pulsera.
¡Cómo iba a pedirte compasión, Piadosa!
Pavor y alarma
reclama en tus dominios
quien procura vivir
y sabe los riesgos del coraje.
Dame entrada al terror
Poesía y a la inquietud
y al hielo con que el miedo congela.
Lo seguro y eterno es el temor.

MURALLAS
Se han reunido allá abajo.
Los pastorean desde motos oscuras
Que parecen bestias de los Montes Urales.
Quieren que nos mate el pánico
Pero Blanca y yo
Tenemos compromisos
Con otras agonías.
Mientras encienden las antorchas
Y ensamblan las catapultas
Le servimos una mesa de lujo
A los muertos de la familia
Y escribimos mensajes
A nuestros hijos que están lejos.
Ya empezaron los gritos de guerra
y una avanzada conquista la escalera.
El cañonazo de las nueve anuncia que cerraron la muralla
y se inicia la ofensiva final.
Esta noche es imposible
Dormir en intramuros.
Alabado sea el cimarrón
que descubrió la libertad en el monte.
SUITE DE LA MUERTE
I
Acaban de avisarme que he muerto.
Lo anunció entre líneas la prensa oficial.
Yo no esperaba morir este verano hermoso
de fin de siglo
pero los periódicos de mi país no mienten nunca
y por lo tanto es falso este latido del corazón
las pulsaciones, el aire que respiro.
Los recuerdos que tengo son, deben ser
el delirio final porque el Estado
no puede equivocarse en forma tan flagrante.
He muerto.
Yo mismo, que tengo sed y estoy triste
lo empiezo a comprender.
Y, que amo todavía
y que me asombro
y tengo miedo
estoy aprendiendo a morir por decreto.
Lento, obediente, con discreción,
sin un solo gesto de rabia
comienzo a parecerme a mi cadáver.
Para cumplir la orden con rigor
y no turbar el regocijo de mis verdugos
apago con espíritu de contingente
los signos vitales que persisten
porque quien ha seguido como un carnero
el monorritmo de la campana
y la voz del pastor
tiene que disponerse a morir
con sólo el relumbre del cuchillo.
II
Mamá ya lo sabe
y viene enseguida a cortarme las uñas
a ponerme un pañuelo con colonia
a convencer a Humberto
para que me recorte el pelo
demasiado largo,
demasiado blanco
demasiado tranquilo.
III
Es tan ciega la fey tan sorda
es tan absoluta la credibilidad
que las personas que me ven no me saludan
los que me escuchan no vuelven la cabeza
porque ya saben la noticia
y a los que visitan mi familia
yo les brindo café
y no lo agradecen
ni una frase cortés,
ni un elogio para el amargor
porque esta clase de fees,
además, muy desabrida.
Como se hizo público mi funeral
y mis pecados, mis aberraciones,
mis torvas alianzas
con el enemigo
mucha gente ha venido a mi casa
para ver misdespojos
y llevarse, si hubiere, la virtud o el amor.
Los he visto llegar a dar el pésame
mirando de reojo los muebles y el teléfono
añorando el abrigo, el calor de mi cama
de mendigos sentimentales
ayudando al Estado a clavar la tapa de mi ataúd.
He visto llorar a Cristina
estremecer el amor
y a Maria karla feliz
segura de que era otra trampa mía.
Soy testigo del entierro que me están haciendo.
Estuve alerta en el velorio
y anoté cada gesto y cada comentario
Lo he visto todo claro desde mi muerte.
Los estoy esperando.


PATRIA
Patria, tú me dolías y era como un beso
y una heridaasí de dulce
y hondo así de importable
y tierno ese dolor.
Yo te dolía
pero era ínfima mi punzada
sin dimensión para cambiar el viento
ni registro para llamar el agua
era un dolor de espinas enconadas
de agujas y alfileres
una molestia familiar, doméstica
aliviada con sal, tilos, caña santa
con ungüento mentol y una mentira.
Patria, yo me metí en tus llagas
y llevé la inocencia en ese viaje
convoqué una canción en tus tristezas
canté tus guerras y lloré mis muertos
exalté tus héroes y rimé tus palmas
describí tus paisajes con palabras
y amor y melodías
exageré tus ríos, magnifiqué los montes
te robé de otros mares y su salinidad.
Dije barrancos y honduras luminosas
manatí como un Dios desolado
serventías por si eran secos y angostos los caminos.
Nunca fuiste una extraña forastera
sino mi madre que se hacía más vieja
más pura y más cercana
mis hijas a quienes enseñé el espíritu
y la letra del Himno Nacional
y todo el color de la bandera
mi padre allá en tus jugos elementales.
Eres toda la hierba que he tocado
Y toda la tierra que me reclama
que en lo oscuro eres tú
porque eres todo
y todo eres cuando estoy ausente
y duermo en un hotel y tengo frío
y en tu difuso mapa de neblina
yo soy un niño que recita versos
mirando el sol desde tus fronteras.
Patria mía, eres un problema complejo
sobre el maruna islita que preven los manuales
y la geopolíticalas versiones de los mercaderes
que buscaban oro y descubrieron indios
que rastreaban plata y encontraron hombres.
Patria, tú me vivías
y yo era, soy seré el dueño de mi casa.
Te habitaba
te habito
vivo en ti
controvertida patria que denigran
nuestros pobres traidores
desde una micrófono
o una mecedora de mimbre
desde una infamia
o desde las planillas despiadadas
detrás de una calumnia
o detrás de un buró
desde la muerte o la arbitrariedad
en un reino suntuoso o un suntuoso reino.
Mujer que no apareces,
que no puedo tocar
no escuches sólo de la Patria el grito
y trae a mi vida
un corazón marcado como un as de corazón
para ganar todas las patrias del amor
Yo te soñaba, Cuba
para nacer aquí
y querría venir para tenerte
dejarte la canción y el olvido
de lo que fuimos siempre
cuando ya no dormías
serena y sumergida.
Yo sé escribir tu nombre
lo escribí sin saber que eras
toda esa inmensidad
que es este mundo.
Me lo dijo mi abuelo
que venía
de una laguna
donde se había
estrellado el cielo.
Te conozco, Patria
te conozco
y una definición insulsa
se parece a mi traje.
Yo te conozco
personalmente, digo
y es en la inmensidad de esta aventura
donde te puedo conocer.
Tierra que sufro
que nos sufrimos
y nos sufriremos.
La noche es nuestra
porque hemos surgido de la noche
y fuimos a tu luz
la incandescencia terrenalla luminosidad
que entregas a unos hijos
y a otros
para que al menos tengamos
la misma claridad
a la hora de vivir y de morir.
Ya los legítimos no podemos soportar
las sombras.
Patria,
todo esto es el amortú me dolías.

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